A ritmo de fusil de asalto. La traducción de “Kalashnikov”

El día 18 de noviembre se presentó en la librería Mary Read de Madrid la traducción al español del poemario Kalashnikov de Maria Sevilla (Godall, 2020), una de las voces más destacadas del panorama literario catalán.

Maria Sevilla. Fotografía de Joan Martínez

Kalashnikov es un libro que se construye contra lo correcto, lo bello, lo aceptable y, sobre todo, contra las fuerzas que presionan para que todo se amolde a estas categorías. La poesía de Maria Sevilla explora las posibilidades creativas del error y del cortocircuito, de todo aquello que se escapa de lo predecible y que permite generar nuevos espacios, a menudo incómodos. La violencia —tanto la que se ejerce sobre nosotros como la que puede propiciar la subversión de lo establecido— está presente a lo largo del libro, empezando por el título. Por sus versos circulan drogas, cuerpos no normativos y sexualidades heterodoxas en un escenario pos-Chernóbil poblado de despojos, de tejados de uralita y de fachadas derruidas. Y es allí, en las márgenes de los márgenes, donde es posible expresar y articular la disidencia. Kalashnikov no es solo una operación de derribo, sino que en él se reivindica lo abyecto y se propugna un desplazamiento hacia la otredad en un gesto claramente político.

El libro, que se publicó inicialmente en catalán en 2017 (Premi Ciutat de Manacor de poesía), me interesó mucho y propuse a Maria Sevilla que trabajáramos a cuatro manos en una traducción al español. La traducción de Kalashnikov presenta numerosas dificultades, pero me gustaría centrarme en un poema en concreto y en los retos que supuso. Se trata de Epílogo, que en el libro de Maria Sevilla no está al final como sería esperable, sino que abre el libro.

Es un poema de seis estrofas que se sostiene sobre la repetición. Cada nueva estrofa recoge la última parte de la anterior y entre estrofa y estofa se repite “O LA METRALLA”. Además, en la versión original hay una gran cantidad de palabras que acaban en -ot, una terminación muy contundente (morterot, bassiot, coiot, clot, aligot, xarbot, etc.). La terminación -ote es posible en algunas de las palabras como “morterote” o “coyote”, pero en otras no. Lo que decidimos para mantener la argamasa fonética que compacta las estrofas fue alternar las palabras acabadas en -ote con otros grupos de palabras en los que hubiera también ecos sonoros (yeso/yermo, duelo/huero/huevo).

Por otra parte, en este poema encontramos una escritura rítmica que actúa como una ráfaga de balas y revisamos todo el poema para ajustamos a un patrón rítmico, distinto del catalán, pero con una distribución acentual percutiente. Evidentemente, cuadrar los pies métricos implicaba abandonar una traducción más literal, aunque hicimos un esfuerzo para mantener los campos semánticos. Dentro del equilibrio de renuncias y prioridades que supone traducir, consideramos que el ritmo era irrenunciable si queríamos que nuestra traducción se sostuviera por sí sola, que fuera un artefacto literario con un recorrido más allá del original. Veamos el primer verso:

morterote de despojos o derribo yeso charco muy precoz

..-…-…-…-…- (. = átona / – = tónica)

Nuestro objetivo era volver a crear las distorsiones del lenguaje que aparecen en el original y que son lo que hace que el poema tenga valor literario. Cabe decir que la “metralla”, elemento fundamental del poema, en español, además de la munición menuda con que se cargan proyectiles y bombas, es un conjunto de cosas inútiles y desechables, y que esta segunda acepción, absolutamente pertinente en el contexto de este poemario, no existe en catalán. Algunas pérdidas son difícilmente evitables, pero, en el caso del término “metralla”, la versión española se abre a nuevos significados.

He aquí un recital de Maria Sevilla en el festival Poetry Africa. Pasen y vean.

About Caterina Riba

Traductora i professora de la UVic-UCC.
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