La traducción del humor

En la última cápsula de traducción, que versó sobre la traducción del humor, tuvimos el placer de contar con la presencia de Juan José Martínez Sierra, profesor titular del Departamento de Filología Inglesa y Alemana de la Universidad de Valencia. Su atracción por el tema se remonta a los inicios de su investigación, ya que dedicó su tesis de máster a la traducción del humor en la serie televisiva Los Simpson.

Durante aquella investigación se dio cuenta de que “el humor ofrece un abanico estupendo de pequeños retos, a veces de pequeños grandes retos, que nos lo pueden poner muy difícil”. Debemos tener en cuenta que en la traducción audiovisual nos enfrentamos a textos multimodales en los que el humor se vehicula no solo a través de las propias palabras, sino también de cómo se pronuncian, de los referentes culturales, de los sonidos, de las imágenes, etc., y que “el humor que no se detecta es humor que no se traduce”.

Para traducir el humor, Martínez Sierra recomienda conocer bien las vías por las que nos puede llegar y analizar cómo se construye la relación entre los distintos elementos: “Hay que conocer la materia prima con la que se trabaja”. Esta es una de las funciones que podría cumplir la clasificación de elementos potencialmente humorísticos que él mismo ha publicado.

Por otra parte, en el contexto actual de corrección política o de cultura de la cancelación, Martínez Sierra afirma: “Si un original es ofensivo, la traducción tiene que ser ofensiva”. Sin embargo, él tiene la impresión de que se edulcoran bromas “no solo en el proceso de traducción sino también en el de creación”, lo que parece confirmarse en un estudio que realizó sobre el lenguaje tabú, aunque insiste en que la cuestión requeriría una investigación de mayor calado.

Una de sus últimas líneas de investigación es la audiodescripción para personas con discapacidad visual. En este caso, “Si el humor viaja a través de las imágenes, la audiodescripción se deberá considerar la descripción de las imágenes como una prioridad quizá en detrimento de otras cosas”. Debemos tener en cuenta que, si se trata de una comedia, hay que dar preeminencia a la cuestión del humor.

Sobre la traducción automática del humor, considera que “una máquina (todavía) no puede interpretar correctamente los distintos elementos”, pero se mantiene “expectante” porque “ahora podemos hacer cosas que hace diez años nos parecían ciencia ficción”. Considera que la traducción automática ya es una herramienta útil pero “habrá que ver cómo puede acceder a aquello que va más allá de las palabras: una entonación, una imagen, una melodía que suena”.


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About Caterina Riba

Traductora i professora de la UVic-UCC.
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