Para las personas que no pudieron asistir a la sesión de ayer, Tradiling ofrece este breve resumen de lo acontecido.
El día 9 de octubre se inauguró la nueva temporada de Cápsulas de traducción, con una conversación sobre La IA en la interpretación y la traducción médicas entre Mercedes Pacheco, traductora e intérprete, y Aida Ferrer, intérprete de conferencias y profesora de la UVic-UCC. Mercedes Pacheco, con casi tres décadas de experiencia profesional, actualmente comparte una empresa con su marido en Glasgow: “en casa, siempre hemos vivido de la traducción médica”.
Su especialización llegó progresivamente, igual que la introducción de la tecnología. El mercado y las necesidades de sus clientes han ido evolucionado y ha habido algunos periodos con poco volumen de trabajo. “Cuando hay parones aprovecho para seguir formándome”, afirmó la entrevistada, que hizo hincapié en la capacitación y la formación continua, tanto en medicina como en tecnologías. “Últimamente he hecho muchos cursos sobre IA para reinventarme”, añadió. En todo caso, sostiene que “tenemos que ser buenos traductores antes que poseditores”.
En la actualidad tiene mucho trabajo. Algunos de sus clientes solicitan posedición y otros, traducción: “Algunos no me dejan utilizar traducción automática”. Señala que es muy importante pactar tarifas para las distintas modalidades. Por otra parte, afirma que los motores de traducción cometen muchas incoherencias y que “hay que saber utilizar los filtros, para las siglas, por ejemplo”. Insiste en que la IA “se alimenta de todo, de lo correcto y de lo incorrecto”. Otros problemas que ha identificado son el hecho de que la IA “no ofrece buenas soluciones para el lenguaje inclusivo” o que “tiene tendencia a alucinar, a inventarse cosas”. Sugiere utilizar la IA “como ayuda” para cambiar textos de registro y hacerlos más accesibles, para consultar leyes o para generar glosarios, que, sin embargo, siempre habrá que revisar.
Finalmente, entre los debates éticos que suscita el uso de la IA, Mercedes Pacheco destaca el problema de la confidencialidad y la cuestión de la sostenibilidad, ya que las plataformas IA consumen una cantidad de energía enorme.